lunes, 5 de enero de 2015

¿Porque visitar a un reo?

Es el Centro de Reinserción Social, es domingo, es de noche y hace este frío agradable que invita al café caliente, al pan de dulce y también a la reflexión; ha terminado la temporada navideña, esta en particular recibimos muchas visitas. 

¿Saben?, siempre me he preguntado, ¿que motiva a las personas a venir a visitarnos?, ¿qué hace que teniendo tantas opciones decidan que una buena alternativa sea la de visitar a un preso?. Probablemente haya tantas razones como personas visitadas y resultaría un atrevimiento innecesario de mi parte pretender explicar sus motivos, sin embargo, lo que he observado a lo largo de estos años, es que para las personas visitar a un reo representa cumplir expresamente lo que dice la escritura acerca de que quien lo hace, lo estará haciendo también con el mismo Jesucristo en persona y esto será considerado a la hora del juicio final (Mt. 25,36); es una razón muy simple, que al margen de la connotación religiosa encierra una gran complejidad, en cuanto a conductas personales y compromiso social, que nos llevaría según San Benito, a la idea de que todo hombre podría ser mensajero de Cristo y que puede hablarnos a través de cualquier persona presentándose ante nosotros como una persona común.

Es cierto, la dificultad radica en que nunca aparece desde el principio y de forma clara, si es seguro y hasta que punto que Cristo nos hable desde esta o  aquella persona, pareciera  que se requiere de una fina sagacidad y una capacidad extraordinaria para una diferenciación inteligente de matices, pero el que cree sinceramente que Cristo puede acercarse en cualquier persona y que puede aparecer un mensajero específico, ese escuchará con toda atención, no se cerrará contra las palabras del otro, ni lo mirará a través del cristal de sus prejuicios, dejará que sus palabras le lleguen, que resuenen en su alma, también cuando le sean desagradables o incluso le hieran, y si además, esta experiencia se tiene con un reo que es el último eslabón en la cadena de reconocimiento y aprobación social, entonces nos estamos acercando a otra experiencia maravillosa y mucho mas compleja: hablar con amor, hablar de tal forma que el otro, en su caso, podría tomarnos como alguien a quien precisamente el señor ha enviado para decirle algo y que no expresamente tendrá que ser algo agradable, también puede tratarse de una critica o de una reprimenda, siempre que se exprese inteligente, humilde y cariñosamente, por que como dice San Pablo en su carta a los Efesios “la verdad se dice con amor” (Ef. 4,15); por que así será mas fácil encontrar la caridad de Cristo y descubrir de manera certera las huellas de la voluntad de Dios.

Una oportunidad como esta, cuando se hace con seriedad cambia la forma de ver la vida de quien se atreve a tomarla. En este sentido que la gracia de Dios que nunca falta a quien humildemente la implora, nos ayude a descubrir su voz en los demás sin importar quien sea.

El café se acabó y la mantecada también el frío empieza a volverse desagradable, es hora de cerrar y acabar por hoy con estas reflexiones, con una oración especial y devota, para todas las personas que de alguna forma se preocupan por un reo. Que así sea.


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