viernes, 23 de enero de 2015

Que nos define en la vida

Les comparto estimados lectores, que la semana pasada se cumplieron dos años que falleció mi madre, una mujer que para mí, solo tiene una definición, Una mujer que nunca dejo de creer en Dios.

Mi madre siempre tuvo como característica, a juicio de la gente cercana, Su amabilidad, buen trato y por su puesto su inquebrantable fe en Dios, casi siempre de buen ánimo y con una bendición en la boca. Sus últimos días los paso en el Hospital regional del Issste en estado semiconsciente, producto de un infarto cerebral. 

Hay que reconocer que se le brindo una excelente atención por parte del personal hospitalario, con una atención cálida, humana y muy generosa.

Tuve la oportunidad de ir a visitarla, gracias a las gestiones del Director de este centro penitenciario donde vivo hace algunos años, -Ve a despedirte de ella, para que pueda descansar tranquila- me dijo en tono paternal, al entregarme a la escolta que me llevaría.

Me trasladaron unos señores policías, al principio, llevando al pie de la letra cada una de las instrucciones de su entrenamiento sobre: “como se transporta a un reo”, al final en una actitud más humana y solidaria.

La enfermera que la atendía cuando llegue, me dijo, -háblele, aunque no le conteste, seguro le va a escuchar-, mientras lo hacía y le acariciaba la cabeza, la enfermera pregunto inocente, -¿Que definía a su mama?, levante la vista y recuerdo contestar –Nunca dejo de creer en Dios- y sonriendo me respondió dirigiéndose a mi mama, -entonces viejita linda, con seguridad pronto estarás con el- ella hizo un gesto que parecía una sonrisa.

De regreso, me quede pensando en lo que dijo la enfermera, ¿Qué define a las personas?, ¿qué es lo que más se recuerda de ellas cuando ya no están con nosotros?

Uno pensaría que son las cosas que hizo o las que dijo, recuerdo a los viejos decir, son tus actos los que te hacen un hombre o a la abuela sentenciar, es tu palabra lo que te hace ser un caballero o un patán.

Sin embargo, reflexionando en la vida de mi madre, descubro que lo que define al final a una persona también son las cosas que no hace, las decisiones que no toma, las palabras que no dice, los actos que no realiza y que van dándole dirección y sentido a su vida a lo largo de los años.

Recuerdo a mi madre desde que tengo uso de razón y su expresión de –nunca dejare de creer en Dios- y así fue en cada situación difícil y complicada que tenia, la enfermedad de su madre, los problemas con sus hijos, su viudez temprana, hasta llegar a su lucha contra el cáncer, en donde su terquedad de no dejar de creer, le dio varios años mas de vida, a pesar de un pronóstico adverso.

Siguiendo con este ejercicio, comienzan a desfilar por mi mente todas las personas que han estado y que permanecen en mi vida y descubro que al definirlas, pensando en las cosas que no hacen, afloran sus autenticas y genuinas cualidades, surgen los valores que para ellos no tienen doblez.

Al llegar a este centro penitenciario, saludo a cada uno de los vigilantes que están en la entrada y a los compañeros en el patio, viendo a cada uno y pensando en esa cualidad que lo caracteriza pero a partir de las cosas que nunca haría.

Mi madre era una buena mujer, supongo que cada hijo lo mismo piensa de la suya, durante toda su vida me dejo muchas enseñanzas y su muerte no podría haber sido de otra forma.

Hay que aprender a mirar y definir a las personas pensando, mas bien, en las cosas que nunca harían.

Al terminar de leer esta nota, te invito estimado lector, a que levantes la vista y observes en silencio a las personas que están a tu alrededor, esposa, papa, mama, abuelos, hijos, nietos, sobrinos, compañeros de trabajo, gente que simplemente pasa por tu vida y te preguntes, ¿que los define?, pero pensando ¿cuáles son las cosas que no haría o que nunca diría? ¿Cuál es esa característica que cuando ya no este, te hará recordarlo?

Estoy seguro que descubrirás cosas que nunca habías visto antes… Que así sea.





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