lunes, 30 de junio de 2014

Construyendo una persona sin cera


Durante el Renacimiento, los escultores españoles que cometían errores mientras tallaban estatuas de mármol, disimulaban sus defectos con cera, por lo que una estatua que carecía de defectos y, por lo tanto, no necesitaba retoques era alabada como una “escultura sin cera”, lo que hacía que se incrementara su valor artístico y monetario.

Miguel ángel Buonarotti, aquel gran escultor y pintor italiano que vivió precisamente durante el renacimiento, cuando tenía ante el un gran bloque de mármol, decía que lo único que había que hacer era quitar lo que no servía, porque dentro de ese bloque estaba lo que debía de haber, la escultura misma, así que su trabajo solamente consistía en retirar los pedazos de mármol que no le servían y sorprendentemente al hacerlo, poco a poco iba apareciendo su obra. ¿Imagina estimado lector, trabajos magníficos, hechos con tal perfección, como la Piedad, el Moisés o el mismo David, siendo creados utilizando este pensamiento?

Durante los once años que llevo viviendo en el centro de reinserción social, he apoyado en los aspectos psicológico y espiritual a muchos seres humanos con los que tengo en común, que tenemos un sinfín de defectos y cada día en la que hemos trabajado juntos, la consulta se termina pareciendo más al taller de alguno de aquellos antiguos maestros escultores del renacimiento, que a un lugar donde se da terapia.

Curiosamente con el paso de los años me he dado cuenta que el trabajo con las personas se parece mucho a lo que hacían estos maestros con sus obras y es que los seres humanos somos muy parecidos a esos bloques de mármol con los que ellos trabajaban.

En cada persona que acude buscando consejo, uno mira más bien, esculturas llenas de cera, que ciertamente cubren sus defectos para aparentar que están bien, pero que sin embargo lo único que hacen es evitar que ellos puedan verse como las personas que realmente son.

Se mira también, esculturas aun inconclusas, en donde aún existe mucho mármol que no les sirve, que no se les ha quitado, que aun esta con ellos, con el que además cargan y que les impide descubrir cómo quedaría la obra completa.

En este orden de ideas, la consulta se vuelve entonces, una labor de identificar dos cosas: la primera es, ¿cuáles son los defectos que las personas fueron cubriendo mientras crecían? Y que para ellos resultaron defectos tan graves que hubo que esconderlos para que nadie los descubriera y pudieran aparentar lo que no eran.

La segunda cosa a identificar es: el momento en el que dejaron de formarse como seres humanos, ¿cuándo decidieron que como estaban era correcto y por lo tanto así debían quedarse?, sin darse cuenta que al hacerlo se quedaban con muchas cosas que no les servían, con lo que su vida se volvió más pesada y además aún no han podido descubrir cómo son a ciencia cierta, como quedaría la obra cuando esté totalmente terminada.

En el centro de reinserción social trabajamos con personas que ofendieron a la sociedad con la que vivían, lo hicieron a tal punto que tuvieron que ser castigados por las leyes de los hombres con lo que se conoce ahora por los nuevos teóricos de la reinserción social como “la terapia en cautiverio”, que no es otra cosas que la idea de que al separar a una persona de su comunidad y enseñarle nuevos modelos de conducta utilizando como herramientas: la educación, el trabajo y el deporte, podrá ser reinsertado en un tiempo determinado a su misma comunidad con la certeza, que si no absoluta si cuando menos grande, de que podrá vivir respetando las normas de convivencia y urbanidad social.

Es por esto que al trabajar con ellos utilizando y explicándoles esta metáfora de las esculturas inconclusas y de la cera que cubre sus defectos, los ayudamos a que entiendan el porqué de sus conductas desadaptadas, apoyando su reinserción a la sociedad como personas más sanas y con la convicción de que pueden cambiar y ser mejores.

Los seres humanos buscamos con vehemencia a lo largo de nuestra vida, la perfección, ser una persona sin defectos, conseguirlo no es cosa fácil, en mi experiencia profesional he observado que no existe nada más difícil y complicado que reconocer nuestros defectos, pareciera que nos aferramos a esa cera que le pusimos para cubrirlos y la hacemos parte de nosotros.

La gran tarea será siempre la de reconocerlos y trabajar con ellos, además de recordar siempre, que dentro de cada uno esta lo que tiene que haber, solo es cuestión de quitar lo que no nos sirve y construir una persona sin cera…Que así sea

viernes, 27 de junio de 2014

De culpas y calidad moral


Alguna vez escuche la frase de: la vida es como una rueda de la fortuna, a veces estas arriba y a veces abajo, a lo largo de mi vida, esta ha sido una sensación que he experimentado en varias ocasiones, con una particularidad adicional, cuando más seguro te sientes arriba, viene la bajada y cuando más abajo te encuentras, invariablemente comienzas a subir, porque como dice la sabiduría popular, “La vida siempre ofrece revanchas”.

La semana pasada tuve aquí en el centro de reinserción social un encuentro completamente inesperado que además, vino a confirmar lo que les comente anteriormente, estábamos trabajando con  el módulo de los pacientes psiquiátricos cuando “el Camellito” un custodio que tenía en la espalda una protuberancia en forma de joroba, me llamo para decirme que había una persona que preguntaba por mí, -Dice que te conoce, “psicólogo”, que es tu amigo, que le urge hablar contigo y que lo conoces como el “Jordán”- concluyo “el camellito”.

Termine la actividad que se realizaba y me dirigí hacia donde el custodio me indico, en el camino recordé al “Jordán”, habíamos sido amigos desde jóvenes, pertenecimos al mismo grupo apostólico y fuimos compañeros de muchas anécdotas y aventuras.

Hace casi once años, cometí una desafortunada cadena de errores cuyas consecuencias fueron graves hasta tal punto que me trajeron a la cárcel, esto ademas acompañado de todas las consabidas perdidas, familia, patrimonio, reputación etc., los primeros meses en los que estuve aquí, una de las personas a las que busque fue al “jordan”, pero no fue posible ni siquiera que me tomara una llamada, los años fueron pasando y poco a poco tuve la oportunidad de comenzar a escribir y a publicar de manera frecuente, “Jordán” me hizo llegar una carta en donde básicamente me cuestionaba la “calidad moral” con la que me atrevía a escribir a los demás sobre las cosas que me pasaban y me invitaba a cumplir mi sentencia de forma silenciosa y honorable.

Al entrar al módulo, me lo encontré sentado junto a un árbol, con la cabeza metida entre las manos, casi no lo reconozco y es que desde que llegue aquí al centro de reinserción no lo había vuelto a ver y ahora estaba con bastante kilos de más y con bastante menos pelo que como lo recordaba, era alguien que había sido muy apreciado por mí, lo llame por el apodo con el que nos referíamos a él, -“Jordán” ¿eres tú?, ¿qué te paso?, ¿Qué haces aquí?- levanto muy despacio la cabeza y al verme literalmente se arrojó a mis brazos y comenzó a llorar, era como una presa que hubiera abierto sus compresas. Cuando se pudo tranquilizar un poco, me conto entre hipos y sollozos la historia, por cuestiones de espacio y de respeto la sintetizo, era el Gerente de autoservicios de una compañía de carnes frías, así que tenía mucha interacción con edecanes y demostradoras, en un momento de debilidad sostuvo un “romance” que incluyo relaciones sexuales con una de ellas, que aunque no los aparentaba tenía 17 años de edad, los papás de la chica se enteran y lo denuncian por violación y corrupción de menores, nada menos que la “triada maldita”, un delito sexual, cometido contra un menor de edad, por un ascendiente.

En el medio juridico esto no es una cuestión de justicia o de inocencia, es una cuestión de supervivencia laboral, ningún juez que quiera continuar su carrera en el poder judicial se atrevería a absolver a nadie por semejante delito, sin importar si lo cometió o no. Probablemente y dependiendo de muchos factores más adelante algún órgano colegiado podría revisar a conciencia el caso y determinar una sentencia distinta. Pero en este momento era una sentencia condenatoria.

“Jordán” me hablo de amparos, de abogados influyentes, de familiares que conocían desde al gobernador hasta al juez que tenía su caso, de arreglos bajo la mesa y de salidas rápidas, sería un incidente sin consecuencias, reflexiono acerca del número de personas hay en la calle que cometen delitos y no les hacen nada. También hablo de su familia, de su esposa sorprendida e incrédula que aún no podía entender que pasaba, de hijos que preguntaban cuando regresaría papá de viaje, porque eso les habían dicho. – ¿Es cierto que pueden ser hasta veinte años de prisión?, me pregunto llenándosele de nuevo los ojos de lágrimas-

Me senté junto a él y le hable de resignación y entereza, le aconseje no dejarse engañar por abogados deshonestos que aprovechando su desesperación y la de su familia les prometen cosas imposibles, que mejor cuidara y administrara su patrimonio porque le quedaba una largo camino por andar. También le hable reconocer los errores cometidos, de asumir las consecuencias de sus actos, que Dios tenía un propósito para haberlo traído hasta aquí y que se aferrara a su fe. Finalmente le dije que si hacia todo eso, seguramente se sentiría con “la calidad moral” por estar pagando su error, para poder hablarle a los demás de lo que estaba viviendo...

lunes, 23 de junio de 2014

Tocando fondo, una decisión personal


…Recuerdo a Mario Benedetti diciendo “bienaventurados los que llegaron al fondo, porque, más abajo no se puede ir, solo queda comenzar a subir”, sin embargo la pregunta es: ¿cuando decimos que hemos tocado fondo?, ¿Cuándo es el momento en el que comenzamos a subir?

Estar en un centro de reinserción social o en la cárcel como se le conoce comúnmente, pareciera que es llegar al fondo y que como decía Benedetti ya no hay más abajo. Pero la realidad es otra…

Hace unas semanas llego por enésima vez “La flor”, un homosexual que vestido de mujer se prostituía en las calles del centro de la ciudad, generalmente siempre lo aprehendían y consignaban por robos menores, celulares o relojes, que sustraía de sus clientes cuando estos estaban dormidos o descuidados.

La cantidad de veces que había platicado con “la flor” a lo largo de los últimos 6 años son incontables, desde la formalidad de una consulta psicológica hasta la camaradería de una charla como internos penitenciarios y en todas las ocasiones me decía lo mismo, -Esta vez sí, toque fondo-.

Siempre que llegaba, lo hacía con un drama nuevo, al principio era la cuestión de su identidad y preferencia sexual y el rechazo familiar, después el no poder establecerse en ningún trabajo y tener que prostituirse, mas adelante comenzó con la adicción a las drogas, hasta que en uno de sus ingresos a este centro de reinserción social, al hacerle los análisis de rutina que se les practican a los que van llegando, se entero que se había infectado de VIH, esta ha sido la ocasión en la que lo vi mas deprimido.

-“Psicólogo”, porque a mí siempre me pasan todas las cosas malas, porque la vida se ha ensañado tanto conmigo, a veces pienso que ya no me puede ir peor y termino descubriendo que estoy equivocado, siempre hay algo peor-

Finalmente la “flor”, llego al fondo absoluto, se colgó de la regadera del baño de su celda y murió ahorcado, a la edad de 29 años, una historia de vida triste que termino de manera lamentable.

“Don Willy”, es otro caso de vida similar, aunque con un desenlace distinto, durante muchos años fue bebedor de todos los días, finalmente paso lo que se esperaba, regresando a su casa en completo estado de ebriedad, atropello a dos niños, uno de ellos falleció y el otro quedo con secuelas permanentes, fue sentenciado a 15 años de prisión, por homicidio imprudencial, lesiones graves y otros delitos. ¿Toco fondo?, aun no, con el paso de los años, su familia lo abandono, la esposa le pidió el divorcio y le quito la custodia y patria potestad de sus hijos y se volvió a casar, ¿toco fondo?, todavía no, un abogado deshonesto, quien decía ser su amigo, le ofreció ponerlo en libertad, con el argumento de que sobornaría al juez para que le pusiera cargos menores que alcanzaran fianza, lo cual resulto falso, pero “Don Willy” le entrego lo que le quedaba del patrimonio, lo demás lo había dado cuando fue su divorcio, ¿ahora si llego al fondo?, pues no, unos meses después de que le llegara su sentencia definitiva, se le presento la diabetes, bajo mucho de peso y su aspecto era lamentable, se comentaba en la enfermería que de seguir así su pronóstico de vida no sería favorable.

De pronto y a partir de un día cualquiera, la vida de Don “Willy” comenzó a cambiar, lo comencé a ver por las mañanas alrededor de la cancha de futbol, caminando, corriendo y haciendo estiramientos, entro a trabajar a la maquiladora de tubos y se acercaba a la iglesia para escuchar la misa dominical, intrigado le pregunte la razón de esa cambio y muy seguro me dijo, -me canse de que la vida me atropellara y decidí asumir lo que me toca vivir, me dije: “Willy”, esto es lo que hay y pues, hay que disfrutarlo lo mejor posible-

Se toca fondo cuando uno decide que así ha sido, aquí he descubierto que siempre habrá una condición peor, circunstancias más adversas y problemáticas mas difíciles que las que pensamos que son las peores que nos podrían pasar.

Finalmente, uno hace lo mejor que puede con lo que tiene a su alcance y es la capacidad de adaptarse lo más rápido posible a las nuevas circunstancias lo que determina que tan rápido puedes subir.

Es así que tocar fondo es una cuestión de asumir las consecuencia de nuestros actos, tocar fondo es la suma de los errores y desaciertos cometidos a lo largo de un periodo de tiempo, tocar fondo a veces son circunstancias desafortunadas que nos tocan vivir. Pero también, uno decide cuando es el fondo y cuando ya es el tiempo de detener la caída y comenzar a subir…Que así sea…

viernes, 20 de junio de 2014

Del perdon y la redencion

Trabajar y convivir día a día con internos penitenciarios, ciertamente te lleva a escuchar relatos e historias de todo tipo, algunas buenas, otras malas y otras más que desearías ni siquiera haber escuchado, ya sea por la dureza de su contenido o por lo injusto de la situación.

Sin embargo casi todas tienen un denominador común, siempre hablan de la redención, en todas se refleja el arrepentimiento y la búsqueda del perdón de las personas a las que dañaron y por supuesto la búsqueda del perdón a ellos mismos.

Hace unos días llego un paciente agobiado por los remordimientos, se llama “Ramón”, tiene 31 años y hacía cinco años estando en completo estado de ebriedad había abusado sexualmente de una mujer, por lo que fue juzgado por el poder judicial y encontrado culpable, fue sentenciado a 21 años de prisión. Justicia otorgada.

El estado a través del poder ejecutivo, también había hecho la parte que le correspondía, detenerlo, investigarlo, darle una “calentadita”, -no era un chiste lo que había hecho- y consignarlo ante un juez, por un acto denunciado por una ciudadana a quien había dañado. Caso cerrado.

“Ramón” trabaja en la maquiladora de ropa de este centro penitenciario, juega en el equipo de softbol del su modulo y se congrega con una comunidad cristiana que se formo. No tiene ningún reporte de conducta y su mama y hermanos lo visitan con cierta frecuencia. Rehabilitación en el centro de reinserción social funcionando.

“Ramón” viene a consulta porque no puede dormir y refiere pesadillas, sus compañeros de celda me comentaban que se queja durante las noches y que en ocasiones despierta gritando, ha perdido peso y su desempeño laboral ha bajado. Diagnostico: Conciencia del delito cometido.

Frente a mi tengo a este hombre, su aspecto es melancólico, como si cargara un peso enorme sobre sus espaldas -Psicólogo, pareciera que mientras más viejo me vuelvo, soy más consciente de lo que hice y estoy tan arrepentido, quisiera estar frente a “ella” y suplicar su perdón, haría lo que me pidiese. ¿Eso se puede hacer?, ¿existe alguna manera o hay alguna institución que se dedique hacer eso?- La abuela decía que para hacer bien la penitencia uno debe mostrar arrepentimiento por sus pecados. 

La pregunta y el sentimiento de “Ramón”, refleja lo que muchos internos penitenciarios desearíamos, una oportunidad para pedir y buscar obtener el perdón de las personas a quienes nuestros actos dañaron. 

Después de todos estos años, casi once para ser exactos, puedo estar seguro que en ocasiones el perdón de las personas que lastimaste no llega, ni llegara y que la única manera de redimirte es buscando llevar a cabo, actos que reparen el daño causado por esas transgresiones, pero con otras personas.

Para algunos la mejor manera de reparar, es alejarte, intentando que las personas afectadas te borren de sus recuerdos y de sus vidas.

Pero también estos años me han dado la certeza de que hay personas afectadas que vivirían con mas paz si quienes les infringieron algún daño pudiesen explicar, justificar y disculparse. Esto claro que es independiente de lo que el estado les otorgue por haber cometido un acto que tiene que ser castigado por las leyes de los hombres.

Pero no hay ninguna institución del estado o asociación civil ni religiosa que entre sus funciones tenga algo como esto, reunir al afectado(a) con su agresor o agresores para hacer actos de conciencia moral.

Como hemos descrito todas los actores involucrados en el proceso de procuración de justicia hacen la parte que les corresponde, es así, que tanto la policía ministerial como el poder judicial y el centro de reinserción social están trabajando para mejorar sus procesos,  se detiene e investiga más rápido y además con apego a los derechos humanos. A partir de este año se juzgara y sentenciara de forma más pronta y expedita con condenas que se han incrementado para que los delincuentes pasen mayor tiempo en prisión, esto con el objetivo de… disculpen, en realidad no se conque objetivo. 

Sin embargo a partir de amables lectores chilenos y españoles que nos han contactado, sabemos que en sus países se ha empezado a desarrollar estos encuentros con el nombre de justicia restitutiva por lo que en próximas entregas platicaremos un poco mas de ella.

Con el paso de los años cometemos actos, con intenciones buenas o malas que requieren del perdón de los afectados, poner las condiciones para lograrlo, nos hará, estoy seguro, una sociedad más humana. Que así sea…



martes, 17 de junio de 2014

Paternidad penitenciaria

En la vida hay emociones que no tienen referencias lógicas, en las que las palabras no alcanzan para describirlas ni hay razones suficientes para comprenderlas.  

 Sin duda una de estas es la paternidad; ser papa es una experiencia transformadora y vivificante. Quienes tienen la dicha de serlo descubren que con cada hijo hay una oportunidad de crear personas mágicas, capaces de transformar las cosas.

Como en otras ocasiones, el Centro de reinserción social, paradójicamente, se vuelve el lugar donde a partir de las experiencias y anécdotas que observas descubres, ademas que la paternidad es un lazo tan fuerte, que soporta el tiempo, la distancia y las circunstancias adversas.

A lo largo de todos estos años en los que he vivido aquí, he trabajado con muchos internos de todos tipos, llegando a la conclusión de dos cosas. La primera es que el motor de cambio, la única motivación genuina y real para que una persona cambie y se rehabilite es el amor a sus hijos, hombres que dejan el alcohol o las drogas, que tristemente en el mas de los casos es lo que los trajo hasta aquí, por la ilusión de ser mejores para sus hijos o que se vuelven más espirituales y religiosos con el afán de encontrar la forma de ser buenas personas y que sus hijos se sientan orgullosos de ellos.
 
 Hombres que a lo largo de la semana urden una hamaca o hacen alguna artesanía porque necesitan enviar dinero a su casa, porque sus hijos lo necesitan, o aun mas que estudian la primaria, secundaria o preparatoria, para poder ayudar a sus hijos en las tareas de la escuela, ves cosas sorprendentes motivadas por una sola cosa…El amor que se le profesa a los hijos.
 La segunda cosa que he descubierto es que no existe un amor mas desinteresado y gratuito que el que se le tiene a los hijos, porque sin importar si es correspondido o no, este aun permanece, muchos también se van transformando solo con la ilusión y la fe de que algún día los volverán a ver, a diferencia de los que tienen la dicha de verlos con regularidad, estos viven de la esperanza y de los recuerdos, sin embargo resulta suficiente para lograr en ellos cambios significativos en su comportamiento y en sus acciones, así es la fuerza del amor a los hijos. Les comparto esta historia:

-¿Porque esta tan inquieto el “tigre”- pregunto el “papa oso”, nuestro vigilante mas apreciado. -Hoy le traerán desde Tizimin a su hijo; nació hace tres semanas y finalmente lo va a conocer- contesto “palmita”, su compañero de celda y quien le tiene un afecto paternal. 

Hace como seis meses el “tigre” se entero que su pareja estaba embarazada y empezó a obrar en el un proceso de composición de valores y principios de vida, lo que antes criticaba y burlaba como platicas sin sentido, refiriéndose a las sesiones de terapia grupal, hoy le parecen interesantes, participa y opina dando sus puntos de vista. 

La semana pasada se toco el tema de la paternidad y el ejemplo de vida; al final de la sesión había una conclusión que por supuesto era la mas lógica: se refería al hecho mismo de nuestra condición. ¿Que ejemplo le damos a nuestros hijos estando presos?. 

La reflexión de cierre la hizo precisamente el “tigre” con su acento jarocho y campirano 

-Todos aquellos padres que cometemos errores y nos arrepentimos sinceramente, tenemos el derecho de mirar a los ojos a nuestros hijos y decirles: M’ijo que bueno que existes, porque tu eres la la oportunidad que me da Dios de recomponer la vida y avanzar por el camino correcto-. 

Y ahí estábamos el domingo esperando llenos de expectación, la entrada de esta esperanza de construir una vida y recomponer otra -miren a mi niño- decía el “tigre “ con lagrimas en los ojos. 

-Sus ojos, sus manitas...¡se esta riendo conmigo!- Un bebe de tres semanas de nacido a quien de forma imprudente, desde el punto de vista pediátrico, habían traído a la penitenciaria, le estaba cambiando la vida a un hombre que en el pasado cometió errores, pero que hoy tenia una razón para cambiar y ser una mejor persona; mas allá de cualquier convencionalismo social, la escena era conmovedora, así que poco a poco fuimos dejando a la feliz familia, cada quien a regocijarse con los recuerdos y emociones que nos provocaban. 

Reflexionando un poco, la paternidad en prisión se vuelve el ejercicio permanente de dar lo mejor de uno, durante el tiempo que estas con tus hijos, esto para los que tienen la dicha de verlos habitualmente, para lo que no, los hijos son el constante recuerdo de los momentos gratos, sus risas, sus palabras, sus olores, sus gestos y sus rostros se vuelven el impulso que te levanta en los momentos de mas desanimo, porque cuando sientes que la nostalgia te esta abrumando, ver fotos, de esas que hablan por si mismas, cerrar los ojos y transportarte a los tiempos felices, te dan la convicción de que un día podrás abrazarlos de nuevo y expresarles todo lo que te contuviste durante su ausencia. 

Así las cosas, por un lado ser padre te da la oportunidad de cambiar y mejorar tu vida y por el otro te da la fuerza para siempre dar lo mejor de ti y nunca decaer, llevado siempre por la idea de que al final de cada día contribuimos a crear seres mágicos, capaces de transformar las cosas. 

jueves, 12 de junio de 2014

El mundial en el lugar del "no debería"


 La vida tiene esta extraña manera de manifestarse, que en ocasiones nos presenta las situaciones más singulares en los lugares menos pensados y es que les cuento estimados lectores que en el centro de reinserción social al que en otras entregas le hemos llamado ”el reino de malolandia” en esta ocasión se ha ganado también el mote de: “el lugar del no debería”.

Esta mañana en este “lugar del no debería”, hay una gran celebración a la que han sido invitados muchas personalidades de nuestro medio y no es para menos, también celebran la inauguración de su mundial de futbol 2014.

Alrededor de un campo recién remodelado con pasto nuevo, completamente iluminado y ahora con gradas más grandes, que fue producto de una promesa del Gobernador en su visita de fin de año, se han colocado sillas, toldos y un templete en donde irán sentadas los invitados a esta magna inauguración. El Gobernador “no debería” haber cumplido la promesa hecha a los internos penitenciarios, ultimo eslabón de la cadena social, invirtiendo recursos en ellos, pero la cumplió… 

Poco a poco los invitados van llegando y el lugar se va llenando, muchos rostros sonrientes, muchos apretones de manos, muchos abrazo afectuosos, algunas personalidades reconocen a gente conocida entre los internos y los saludan, hay gran expectación por saber que se presentara en esta ocasión y es que los eventos de este centro ya comienzan a causar interés en la comunidad. Tanta alegría, camaradería y buena voluntad “no debería” existir en un lugar como el centro de reinserción social, pero existe…

La inauguración da inicio con el desfile de los equipos, son treinta y dos países igual que en su símil que se celebra en Brasil, uno a uno los representantes de cada país con su madrina y su bandera al frente, van pasando delante de las autoridades que forman el presídium, hay algunas personalidades del mundo de la política y la justicia que forman parte de un grupo de invitados especiales a quienes los internos que van pasando saludan con la mismo entusiasmo, de pronto una magistrada del tribunal superior de justicia del estado se levanta emocionada y se toma una “selfie” al paso de los muchachos que portan orgullosos la playera de México, acto que es mirado con extrañeza, curiosidad y simpatía por el resto de los invitados, considerando que por sus manos han pasado buena parte de las sentencias condenatorias de estos internos, algunos pensarían que “no debería” haberlo hecho, pero con la tranquilidad de quien sabe que duerme en paz por haber sido siempre justa en sus decisiones lo hace…

Una vez formados todos los equipos, viene una emotiva ceremonia de honores a la bandera, la escolta que la lleva está formada por internos penitenciarios que alguna vez en su vida formaron parte de algún cuerpo se seguridad del país, soldados, marinos, policía federal o estatal, personas que a juicio de sus superiores deshonraron el uniforme, a su institución y a su país, sin embargo ellos reciben el lábaro patrio con mucho orgullo, inspirando en sus compañeros al llevarlo un profundo respeto. Por los errores cometidos en el desempeño de su trabajo “no deberían” volver a portar la bandera, sin embargo y con mucha dignidad lo hacen…

Inicia la parte artística de la inauguración de este mundial de futbol 2014, las banderas de los países participantes dan paso a los diferentes grupos artísticos de este centro penitenciario, el grupo de danza, el de teatro y el grupo femenil de internas, nos muestran una propuesta diferente de Brasil y sus costumbres y como ya se ha hecho una tradición, a pesar de que estos eventos internacionales tienen su canción tema, su logotipo y su mascota, este centro penitenciario también propone los suyos propios, Es así que a todo aquel interno penitenciario que tiene talento artístico, ya sea dibujando, artes plásticas, en canto y composición o en danza y actuación, se le da un espacio en estos eventos para mostrar sus propuestas. Esto “no debería” de suceder, sin embargo al ser ellos los que proponen e interpretan sus propuestas, esto sucede… 

El evento finaliza con las protestas a realizar un buen mundial tanto de los futbolistas como de los árbitros y con las emotivas palabras de inauguración del gobernador que sorprendido gratamente invita a la participación entusiasta y comprometida de todos.

Al término del evento, todo se vuelve una romería, los familiares de los artistas participantes se mesclan con los internos futbolistas y con los invitados especiales y las personalidades, todos conviven, se felicitan y se desean parabienes, se ha convertido en un evento que en cada ocasión se continua mejorando con el trabajo activo de los internos que lo han hecho suyo.

Ciertamente uno “no debería” sentirse orgulloso de ser interno penitenciario y de formar parte de esta singular comunidad, pero a veces y cuando eres parte de eventos como estos, uno también quisiera que los convencionalismos sociales se olvidasen un poco y nos permitan mostrarnos como hombres y mujeres que cometimos errores que deben ser castigados por las leyes de los hombres, pero que a pesar de ellos, mostramos un genuino interés por enmendarnos y hacer las cosas bien. Así que a pesar de que uno “no debería” sentirse orgulloso de pertenecer a esta comunidad penitenciara, simplemente te sientes…que así sea

lunes, 9 de junio de 2014

Buscando la luz de la esperanza

-¡Psicólogo, “la chaparrita” no quiere lavar sus chancletas!– fue la acusación del "tío Garci"; lentamente, me dirigí hasta donde estaban mis compañeros del centro de reinserción social -¿qué pasa chaparrita? Te recuerdo que hoy es día de visita y hay que estar lo mas presentable que se pueda-, le dije con la voz mas persuasiva que tenia, finalmente hablaba con alguien acusado de homicidio y bueno, pues, como la vida no retoña, las precauciones nunca están de más, -para que voy a estar presentable, además así están bien mis chancletas, contesto lacónico- la experiencia me ha enseñado que la imagen que proyectas es el resultado de cómo te sientes -pero míralas están muy sucias- le insistí guardando mi distancia -están como tienen que estar- respondió sin mirarme. 

No había forma, la esencia de este hombre estaba completamente apagada, lo que menos le importaba era su presentación, -psicólogo me duele el corazón- decía con los ojos fijos en la mugre de sus pies y tocándose el pecho, -hay tantas cosas que no entiendo-. 

Tenia como tres semanas de haber llegado, acusado de matar a un compañero de batida mientras cazaban venado en algún monte del estado; si te fijabas bien “la chaparrita” era la milpa y la casa de paja, el pozole nuevo y la tortilla de mano, la barriga abultada y la cabeza grande, era la ingenuidad y la inocencia campirana, era Yucatán por los cuatro costados no el del folklore barato y facilon para turistas, sino el otro, el de verdad, la leyenda oliendo a humo de catzin, los ojos obscuros y el sudor de macho de toda la vida, la memoria dramática de un pueblo que mira con nostalgia sus pasado y que vive con la esperanza de volver a sus orígenes.

-Ya le explique al juez que fue culpa del difunto de Candido, se quedo atrás y cuando voltee estaba seguro que era un venado, ¡caray! como voy a matarlo si crecimos juntos, si era mi amig… - ya no pudo mas el llanto ahogo sus palabras y las lagrimas lo arrasaron; me hubiera gustado acercarme y ponerle una mano en el hombro, pero me contuve las reglas de este lugar indican que cada quien “lame” sus propias heridas.

-Psicólogo, contéstame ¿qué piensas?- En ese momento tome una decisión a pesar de que la situación era difícil, no había necesidad de decirla, no a quien busca palabras de aliento, -Pues que todo va a salir muy bien “chaparrita” pronto se aclarara el problema y con certeza el juez tomara una decisión objetiva y justa-,-pero mientras tanto- interrumpió el “tío garci” -hay que hacer todo lo posible por mantenernos lo mejor que podamos, porque si no lo hacemos nosotros entonces ¿Quién?, y si no lo hacemos ahora, entonces ¿Cuándo?-,  “la chaparrita" nos miro y muy despacio se levanto sin decir nada y se fue hasta su celda. parecía que finalmente en lo profundo de su origen, había encontrado una luz de esperanza.

A las dos de la tarde comenzó la visita, el sol se amodorraba con el aire frió que venia del poniente, de pronto alguien me toco la espalda, al voltear, ahí estaba a “la chaparrita” con una sonrisa igual a la de un niño ante sus regalos de navidad, enorme e inocente en su rostro oscuro y curtido por el pasado –mira mis ”Chancletas”, están limpiecitas- mientras decía esto las miraba por sobre su enorme barriga, sin mas y rompiendo el protocolo, me acerque y le pase una mano por el hombro, deseando que este hombre común, sin apellido de casta, sin ninguna influencia política, y sin recursos económicos, sea juzgado con la objetividad, el interés y la dignidad que su raza merece. 



jueves, 5 de junio de 2014

Felicidad y medianía de vida

Cuando entras en la medianía de la vida, sufres esto que conocemos como la crisis de los cuarenta, una crisis que fundamentalmente te lleva a evaluar lo que ha sido tu vida hasta este momento, es el tiempo donde se cuestionan creencias, relaciones afectivas, aptitudes, habilidades laborales, etc. Para muchas personas esta evaluación de vida resulta también, una especie de liberación personal. 

La semana pasada un grupo de los que “padecemos esta crisis” tuvimos en el centro de reinserción social un trabajo de reflexión personal, ahí, los compañeros hablaron de sus emociones, de sus creencias y sobre todo de su fe. Expresándose con sinceridad y diciendo cosas muy fuertes. 

Al final para muchos de ellos la sensación es la de quien ya no tienen nada que perder, pareciera que llegar a esta edad, te da la libertad para poder señalar lo que a tu juicio no es correcto, sin esta presión y compromiso que representa tener que quedar bien socialmente

Reflexiones y confesiones se dieron a lo largo de todos los ejercicios que se realizaron, algunos eran sobre los matrimonios fallidos, producto de malas elecciones a la hora del noviazgo y de la falta de valor de alguna de las partes o de las dos, para poder decirle al otro que a pesar del tiempo de relación como novios, se han dado cuenta que no se quieren casar y que sucumben ante la presión familiar y social para tener que hacer algo que con honestidad no quieren.

Otros eran sobre los hijos, que debido a la falta de información real y fidedigna y llevados más por las falsas creencias religiosas, se volvieron hijos no planeados y en muchos casos ni siquiera deseados, transformando la paternidad en un camino permanentemente cuesta arriba.

Se hablo de la fe en Dios y de los diferentes cultos. De cuanto te ayudaban para ser una mejor persona, a través de realizar actos buenos hacia los demás y de llevar una vida apegada a los principios y mandamientos que enseñaban.

Reflexionábamos acerca del respeto que tiene cada una de las personas que pertenecen a diferentes cultos, por sus instituciones y por sus dirigentes y que tanto estos se han convertido en verdaderos pastores de estas ovejas que cada vez cuesta más mantenerlas en el redil.

La conclusión fue que las dos armas que tienen estos dirigentes de los diferentes cultos religiosos para mantener a sus feligreses fieles a sus creencias y orientados hacia Dios, son el buen ejemplo cotidiano y la predica inteligente y preparada

Finalmente hablamos de un tema que a los cuarenta años se vuelve muy importante y fundamental, la felicidad y la plenitud de vida.

El “chino” me decía en uno de los ejercicios, -“Psicólogo” fui libre hasta los 10 años de edad, a partir de ahí comencé a vivir como los demás me decían, vestí como la moda marcaba y me comporte como la sociedad a la que pertenecía me determino, cumplí a cabalidad con cada uno de sus mandatos, me case en la edad que se debía, tuve hijos cuando había que tenerlos y me desarrolle profesionalmente donde me tocaba hacerlo, todo con el afán de estar pleno y realizado, de llegar a ser feliz, el error estuvo en que siempre quise serlo en los criterios de los demás, no en los míos- el “chino” hizo una larga pausa, como tratando de encontrar una justificación a su conducta, pero no la encontró, así que solamente suspiro largamente y movió la cabeza de un lado a otro. 

El “chino continuo -Ahora que tengo más de cuarenta años, pienso que por fin he logrado recobrar el control de mi vida y ahora soy yo quien pone los criterios de la felicidad, a pesar de que no dejo de pensar que perdí mucho tiempo en cosas vanas, me siento como si ahora comenzara a vivir de nuevo y aunque ahora pago una condena por mis actos absurdos y estúpidos, aun pienso que nunca es tarde para comenzar, ¿no creen muchachos?- termino volteando a ver a todos en busca de aprobación, que por supuesto consiguió en la sonrisa de complacencia de cada uno de los que participábamos del ejercicio.

Cuando llegamos a la medianía de la vida, descubrimos todas las cosas importantes que dejamos de hacer y también las que no son importantes pero que les hemos puesto más interés o les hemos dado un valor que no tenían.

En todos casos es posible recomponer el camino y dirigir nuestros esfuerzos hacia las cosas, emociones, sentimientos y conductas que en verdad nos edifican como personas convencidas que nuestra cuota de sufrimiento en la vida ya esta pagada y que es momento de ser feliz, haciendo felices a los demás…