lunes, 29 de diciembre de 2014

Un año nuevo trae sueños nuevos

Se inicia un nuevo año, es el momento según la tradición, de establecer objetivos y propósitos para ir cumpliendo conforme este transcurra, sin embargo descubrimos que algunos son los mismos de siempre, propósitos que más que cosas concretas son sueños e ilusiones que difícilmente lograremos, pero que a partir de repetir las viejas y gastadas pero por alguna razón aún vigentes frases, nos convencemos de que todo es posible; es así que bajo las expresiones como: “ el que quiere puede”,” si las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente” o “ si lo puedes soñar lo puedes hacer”, se justifica cualquier propósito por disparatado que se escuche.

Aquí en el centro de reinserción social, de la misma manera, también cada interno establece sus propósitos y deseos, hace unos días en una sesión terapéutica hablábamos de ello, la reflexión era: como se establece un buen propósito de año nuevo, que cosas debe tener para garantizar que pueda ser realizable y que no sea el motivo de una profunda frustración al termino del año, por no haberlo alcanzado.

-“El negro”, comenzó la sesión –pienso que un buen propósito de año nuevo tiene que establecer claramente lo que queremos alcanzar, no se trata de decir que quiero bajar de peso, si no cuanto quiero bajar o pensar en que quiero pagar todas mis deudas más bien es pensar en las cosas concretas que hare para pagarlas- todos asintieron con la cabeza, -ahí está la primera regla de un buen propósito, que lo establezcamos con claridad- les dije a todos.

Tomo la palabra “El capi”, a mí me parece que como decía Benedetti, un propósito debe llevar los profundos deseos de nuestro corazón, debe de ser algo por lo cual estemos dispuestos a entregarlo todo, a dejar cada parte de nuestro ser para hacer que se cumpla- inmediatamente se dejaron escuchar los silbidos y trompetillas contra el pobre viejo, -Ya vas a empezar con tus bobadas!, estamos hablando en serio viejo!, ya estas chocheando!,- fueron las expresiones del respetable que definitivamente no estaban de acuerdo con la idea del “capi”, a su defensa entro la “calaca”, un tipo flaco de ojos hundidos que cuando te veía fijamente, la verdad si te daba miedo, -a mí me gusta lo que dices, si las cosas que nos proponemos las hacemos sin ganas, sencillamente nunca las lograremos, nos tienen que producir un hueco aquí en el estómago o una opresión en el pecho, me parece que se le llama “Pasión”.

-Pues ahí tenemos nuestra segunda característica de un buen propósito-. Entre a mediar entre estos hombres rudos a quienes la palabra lindas o poéticas les producían urticaria, -porque entonces podemos decir que si a las cosas no les ponemos ganas (dije otra palabra, pero por cuestiones editoriales y de respeto no la puedo poner aquí), entonces simplemente no las lograremos-. Con esta traducción un poco soez de lo que había dicho el “capi”, logramos la aprobación del respetable.

-Yo tengo una característica mas-, intervino ahora el “chivo”, un buen propósito debe responder la pregunta del: ¿para qué?, debe haber una poderosa razón por la cual quiero realizar este o aquel propósito, porque además, nos debe quedar muy claro, ¿para qué quiero bajar de peso?, ¿para qué quiero ahorrar? o ¿para que quiero ser mas tolerante o paciente o amoroso? o lo que fuese; esto es lo que hará que cuando estemos decayendo en nuestro intento, lo recordemos y nos impulse a continuar hasta lograr alcanzarlo, ¿no creen?- al terminar su comentario el “chivo” arranco aplausos de los compañeros, había sido una excelente reflexión de esas que no necesitan más argumentos, simplemente dije –ahí está muy claramente nuestra tercera característica.

Finalmente después de algunos comentarios que repetían lo de sus compañeros, la “morsa” que casi no había participado dijo –Pedir ayuda a los demás debe ser una característica de un buen propósito, hacerlo solo siempre será más complicado y nos dará menos garantía de éxito que si lo hacemos con la ayuda de alguien- La “morsa” nos dio el punto que faltaba, porque lograr nuestros sueños, alcanzar nuestras metas y llegar a los objetivos planteados siempre lo hacemos para alguien más, así que justo es que nos apoyemos en los demás para conseguirlo- comente para finalizar el ejercicio. 

Con esta metodología rustica y doméstica, cada interno que participó en este ejercicio estableció sus propósitos y sueños; ahora si nos lo permiten, aprovechamos para compartirlo con ustedes y que hagan también los suyos... que así sea...


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