sábado, 27 de diciembre de 2014

El diablo visita el cielo

Como una especie de moderna pastorela estimado lector la semana pasada nos ocurrió algo singular en el centro de reinserción social, que aprovechando que es navidad quisiera compartirles.

Les platique en la entrega pasada, que después de un año con muchas vicisitudes y altibajos para la creación de un grupo músico-vocal con internos penitenciarios, finalmente logramos tener algo muy parecido a ello, estaba formado por personas que aun después de haber cometido actos graves contra la sociedad y de estar cumpliendo sentencias largas, continuaban teniendo mal comportamiento y tenían que ser aislados del resto de la población penitenciaria.

Con la experiencia que nos había dado haber desarrollado al coro que cantaba en la misa dominical y el apoyo de una monja comprometida con la pastoral penitenciaria, quien veía a estas personas como “niños que crecieron sin amor”, decidimos que a partir de la música y el genuino interés por ellos podríamos hacer que cambiaran su comportamiento. 

Después de haber avanzado a lo largo del año unos pasos para adelante y otros tantos para atrás, decidimos que era momento de someterlos a su primera prueba y nos organizamos para participar en el concurso de villancicos del seminario, que dicho sea de paso desde hace muchos años es el único concurso formal de coros en la ciudad. Así que en verdad es muy disputado.

Entre los integrantes de nuestro singular grupo circulaba la expresión de que “el diablo visitaría el cielo”, en referencia a que personas que vivíamos en la cárcel estaríamos en el seminario. El resultado del evento fue que el coro “San Maximiliano María Kolbe del centro de reinserción social del estado oficialmente quedo en quinto lugar, una noticia trascendental para nosotros no solo por el hecho mismo de la posición ocupada, sino también por el efecto que produjo en estas personas que con el paso del tiempo y los ensayos, conocimos sus historias en las que tal y como lo diagnostico nuestra querida monja, efectivamente fueron niños que crecieron sin amor.

Reunidos alrededor de una mesa 24 hombres de rostros duros y curtidos se miraban expectantes, no sabían a ciencia cierta cómo reaccionar después de que les dimos la noticia, para muchos de ellos era el primer logro en su vida que era positivo, bueno y legal, además producto de su esfuerzo y compromiso. 

Durante un buen rato aprovechamos para reflexionar lo que significaba para ellos este logro conseguido en el contexto del nacimiento de Jesús.

Y entonces sin quererlo comenzamos hablar de sus navidades, ¿Cómo habían sido?, ¿qué recuerdos guardaban de ellas?, como supondrán estimados lectores escuchamos muchas historias tristes, las que hablaban de cosas de las que uno no quisiera enterarse, de las que desearías que no fueran ciertas, de las que los niños no deberían vivir, las que al contarse te forman un nudo en la garganta, te lastiman el alma y te arrugan el corazón.

Sin embargo, todos tenían los recuerdos de alguna navidad que había sido distinta, una que estuvo llena de pequeños detalles, esos que descubres que son los que valen la pena porque cuando no están se extrañan y te aferras a ellos como a algo valioso, íntimo y personal.

¿Saben?, Uno nunca sabe cuándo será la última vez que vives algo hermoso y entrañable hasta que pasa, no es algo que se planea ni se anticipa, solamente llega y cuando va pasando el tiempo te das cuenta que esa fue la última vez y que no se repetirá y eso hace que sean aún más valiosos esos recuerdos, en un mundo donde las reglas implacables de la vida, trituran cada día, indiferentes a los sentimientos de las personas. 

Escuchar el testimonio de mis compañeros me dejo esta sensación de lo importante que es construir a pesar de cualquier adversidad una navidad que esté llena de esos detalles que se recordaran siempre, porque uno no sabe si tal vez esta será la última y esos detalles por los que hoy me preocupe, probablemente serán a los que me aferre más adelante. 

El diablo visito el cielo con el pretexto de cantar sobre el nacimiento del niño Dios y el cielo a través del misterio milagroso de este mismo niño que nace en un pesebre le devolvió la visita y no sé, pero tengo la impresión que más de un corazón fue transformado y algunas almas serán salvadas, porque eso es el verdadero milagro de la natividad del señor. Dios que nace en el corazón de cada quien a través de esos detalles lindos que construimos y que después se convierten en recuerdos valiosos. 

Es mi deseo que esta navidad la hayan construido con muchos detalles bonitos en compañía de los que más quieren. Felices fiestas. Que así sea.

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