viernes, 4 de julio de 2014

Recobrando la libertad espiritual


Una de las características más singulares de ser interno penitenciario en un centro de reinserción social, es que eso te permite recorrer un camino que para todas las personas que viven en libertad está cerrado; ningún criminólogo, psicólogo, médico o abogado, podrá entender que se siente, que se piensa o como es estar preso, si no lo ha experimentado en carne propia.

Perder la libertad, significa perder lo más preciado que se tiene después de la salud y en el proceso de esta perdida, pasas por todas las mismas etapas de duelo que planteaba la Dra. Kubler Ross en su trabajo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Pasar por cada una de estas etapas te hace sentir todos los estados de ánimo, pero a diferencia de cuando pierdes un ser querido o te comunican que tienes una enfermedad mortal, cuando estas preso la solidaridad de las personas se reduce al mínimo, finalmente hiciste cosas que avergüenzan a familiares y amigos y asumir que te conocen o aun mas, que tienen o tuvieron una relación estrecha contigo no es sencillo y es una actitud que se entiende.

Después de recorrer cada una de estas etapas del duelo y experimentar desde la ira y la frustración, hasta la depresión y el aislamiento, después de haber buscado negociar con Dios y ofrecer todo lo que tienes con tal de no vivir esta experiencia y simplemente ver que su respuesta no llega, al menos no en el tiempo que tu esperabas, es algo que pone a prueba hasta la fe mas solida.

Sin embargo y para ser sincero, estoy absolutamente convencido de que Dios si responde, pero en sus tiempos y en lo que él sabe que es mejor para ti, porque como decía mi abuela, “Dios no resuelve entuertos ni endereza jorobados”, así que, aunque que en ese momento no lo entiendas ni mucho menos lo aceptes, Dios concede lo que le pides con fe.

Cuando se pasa por ese difícil y complicado proceso y eres paciente y perseverante entonces llega la aceptación de lo que vives y es, entonces, cuando comienza el aprendizaje, las personas religiosas dirán que es precisamente en el momento que te humillaste ante Dios y reconociste que él es tu señor y salvador decidiendo poner tu vida en sus manos con la certeza de que él tiene un propósito para ella.

Para las personas que no son creyentes o practicantes, dirán que dejaste que de pelear con el universo y aceptaste el Karma que te tocaba pagar por los actos cometidos.

En cualquiera de estas creencias el resultado es el mismo, llegas a la conclusión que la cárcel es geografía y aunque suene un poco tonto viniendo de una persona que esta privada de su libertad, puedo decirles que muchos de los pacientes que atiendo, por primera vez en su vida, experimentan la sensación de ser verdaderamente libres a pesar de estar presos.

Hombres que por años estuvieron atrapados emocionalmente de las drogas, el alcohol, la ira, la desconfianza, el miedo al que dirán o los convencionalismos sociales y que en muchos de los casos, fue la razón, la causa y el origen de los delitos que cometieron y por lo que perdieron su libertad física. Paradójicamente estando presos, encontraron la libertad espiritual que mientras estaban en la calle no tenían. Porque al final descubres que uno puede estar privado de una o de ambas.

Es en esta obtención de la libertad espiritual que son capaces de buscar el perdón de quienes lastimaron con sus actos, no solamente quienes los acusaron, si no también de la gente querida, de los familiares cercanos a quienes no pudieron o no quisieron escuchar cuando estaban en malos pasos.

Así mismo, en ese estado de paz, también es posible para algunos, perdonar a quienes con declaraciones alteradas, acusaciones sin fundamento y pruebas falsas, los señalaron y acusaron, siendo juzgados y sentenciados por un delito que no cometieron. Les asustaría y preocuparía estimado lector observar lo sencillo que es hacerlo.

La pregunta final es, ¿Estos internos están preparados para volver a la sociedad sin que vuelvan a cometer algún delito?, dar una conclusión que impida que una persona que ya está lista para reinsertarse a la sociedad lo haga, además de cuestionar nuestro sistema de reinserción social, será quitarle de nuevo su libertad espiritual… Que así sea…

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